miércoles, 23 de abril de 2008

Qué hay en el silencio

Qué hay en el silencio
sino la noche que cubre al mundo
Qué dentro del pecho apagándose
como lámpara olvidada
en el ocaso del bosque
La lluvia nos invade
las palabras sepultan nuestras
respuestas posibles mudas y torpes
como perro muerto
Mañana no será otro día
En este paraje no cabe tanto dejo
Carezco de los medios
para llevarte al cielo
El firmamento es el patio trasero
de toda esta franca desdicha
Soy un bandido
matando a quemarropa
deleznable como rata podrida
abrumado como las vigas secas
de una casa de campo
Viajamos sin ser
a los paraderos del tiempo
Otros roban allí el sentido que buscan
Ignoro qué decir a sabiendas
de las piedras que recojo
Fui alguacil por no mucho tiempo
Descansemos
para no volvernos a ver
Será nuestra mejor fiesta
la que posponga infinitamente
toda promesa de unión eterna
Bailaremos hasta apagarnos
La generosidad ya no es más mía


Buenos Aires, 25 de agosto de 2007

Todo va bien

Todo va bien
si las manos
hacen el pan
y los niños aprecian
el sudor que los vio crecer
No hay horario que defender
cuando nuestro trabajo es morir
Somos de mentira si nos quitan
un cobre
Funcionamos con cerveza
sin propina pasamos los días
nos emborrachamos sin motivo
los martes
Del recreo de algunos
se hará la libertad de todos


Buenos Aires, 30 de agosto de 2007

Una parte de mí

No me acuerdo de nada
El polvo creció en mis orejas
Mis pies de caminos impuros
se fueron vagando
a tientas
sin encontrar
Mi boca cayó enmudecida
Los cole los subte y los remises
terminaron por callarla
A veces me duelen los pies
Debe ser el aire seco del sentido
que no acaba de morir
Quiénes eran mis hermanos
Ya no sé
Como paredes de una casa antigua
olvidé cada una de sus voces
y sus risas
Todavía no despierto de este viaje
cruzo el aire inevitable
Donde voy
llego
sin llegar
Una parte de mí queda
siempre más atrás
se va jugando
con el viento
que la viene a buscar.

Buenos Aires, 6 de agosto de 2007

Hoy

Nuestra juventud es tambalear
En el trapecio
Mejor ponerle freno a todo ese pelambre
Con el alba huiremos sin despedirnos
Ni siquiera de tus padres
El amanecer nos verá ir rumbo al viento
Un manzano en flor nos cobijará
Con su aroma
Será la primavera tierra tierna
Para tus ojos de azúcar y tu pelo de alcurnia
Hoy la noche quemará temprano
Su traje de frac


Buenos Aires, 19 de septiembre de 2007

Esa fuerza

Ya activaste esa fuerza muda
que viaja como parásito
entre medio de tus ropas
Esa ansia desnuda sinfín
que golpea despacio a tu puerta
no para entrar
sino para salir
Ya se encendió la mueca dura
por la que otros
un día hablarán tus culpas
Ya las desgracias urdidas
como la copa rota
enterrada con mezquindad
en el jardín de la abuela
Los ángeles se muerden la lengua
No viste acaso sus rostros
como el fuego arduo de la ciudad
atropellada por el enemigo
enfurecida por la luz de sus tanques?
Me enviaste a una batalla
contra lo infranqueable
Lo indestructible ya no nos apaña
Lo que vive y muere nos aguarda
Eso que no habla este idioma
Lo que sube del subsuelo
para celebrar al que entonces cae
la madrugada y la carne digo
los mayores polvos del destino
el mejor momento
para empezar la creación!


Buenos Aires, 6 de octubre de 2007

El fantasma

Soy el fantasma
que sale de la película
para morderte el cuello
y darte una parte de mi ser
soberbio y sobrenatural
Vendré por debajo de la tierra
cabalgando entre la niebla y el humo
descolgado de las chimeneas
Entraré por tu ventana
y comeré tus zapatos
y beberé tus orines
Sucio
como el coyote
sigiloso
cruzaré la carretera
dejaré caer mis espolones
mis alas se abrirán
para que te pliegues
a la tristeza del desierto
meciéndose
en el aire vacuo de la tarde
Beberé tus líquidos
para que otros puedan verme
Soy el fantasma
El verdadero hombre invisible
Ese que se escribe con h minúscula
Me desplazo fácilmente
Entre bordes y penumbras
voy descubierto
apenas
en pantalón corto
llevo un delantal de colegio
para que no me descifren
Es casi como si asistiera a misa
aquí no hay ningún conocido
Todos se han ido
dejando a su paso
un poco más que estiércol
los restos de la noche
la ciudad y su pesada peste negra
He venido hasta aquí
para que me dejes entrar
al ruido imberbe de tu taberna
He venido para probar
el fuego que crece en tus armas
la espesura maloliente
que esconden tus botas
Y al final
esa criatura única
que guarda tu vientre
la semilla que un día
sembraron nuestros antepasados
las galaxias coaguladas
en tu cráneo primigenio
Levántate y dime
qué fuerza implacable
te mueve en la arena
atesorada del tiempo
Levántate y dime
de qué noche extrae el mal
su estado de ánimo
Levántate y dime
si aún no has visto
vagar al fantasma!

Buenos Aires, 5 de octubre de 2007