Sin proponértelo cada mañana
Vienes a mí
Porque sin quererlo
Habitas ya en mí
Fluyes en mi sangre como la mía
Bombea en tu corazón
Te veo en el polvo
De una nube desciendes
En un haz de luz te conviertes
Sin quererlo
cada noche
se cifra un poco de esperanza
Junto a la luna de otoño
brota sin más la fe
crece el jardín que sembramos
corremos sin prisa
en el arroyo de la vida
Porque de noche siempre
alcanzamos los secretos
de nuestra unión imposible
Busco en mi pecho esa luz
que sólo la intemperie puede dar
Sin proponérmelo soy cada noche
Tu propia noche
Porque sin quererlo
brillamos en ella
como nuestro amor
en las estrellas
Temuco, 6 de mayo de 2010