martes, 15 de diciembre de 2009

Cegado ya de luz

Traigo para ti la mitad de un rayo

que encontramos a mitad de camino

Sentado iba en la acera dibujando

un racimo de flores vivas

que vengaban al cielo y su flaco favor

Unimos así nuestros besos

en una estela se fueron volando

dejando tu nombre inscripto en tela fina

para el destino inacabado de la lluvia

Vinimos sin detenernos siempre

postrados en ancas dejamos

nuestros caballos sin acero sin duelo

destruimos el polvo que mascamos

En el norte un poco de cicuta

fue nuestro alimento

en el extremo la cal divorciada

sujetó nuestros pies a la tierra

Antaño nos dijeron volveremos

La patria es para los que parten lejos

para los que sólo siembran paciencia

sin un peso en los bolsillos

sin codicia sin malicia sin franquicia

Para los que mueren en el mar

mirándonos apenas a la cara

para guardarnos un pedazo de verdad

la misma que quitamos al regazo

a la hora en que se duerme el hambre

y tiembla la carne bajo la noche quejumbrosa

Tendrás que vestirte de nuevo

amanecer desnudo para que otros te vean

calcar en tu alma la sal robada

sembrarla cuidadosamente y sin ruido

en la mitad del camino

medio dormido bajo la lluvia

provisto de árboles

dubitantes como lechuzas

cegado ya de luz

Temuco, 7 de septiembre de 2009

jueves, 26 de noviembre de 2009

Vergüenza debiera darte

Vergüenza te da la vida

si rompes cada objeto

que puebla tu alma

Invisible quieres ser

mientras dure el té

sin azúcar

de la miseria

que te despedaza

Llanto amargo

se transmite

si robas la fruta

del jardín

en que quisimos

ver nacer a nuestros hijos

Es tiempo de salir

de la inocencia ponzoñosa

que te envuelve

Es hora de recordar

que existes culpable

por no nacer a tiempo

Diste paso al otoño

cercaste de ansias

los regalos que nos quitó

la suerte

Vergüenza debiera darte

si no puedes decir

lo que sientes

ni escapar

de tu lenta muerte diaria

Hay un ojo que te mira

sin descanso

a través del cerrojo

de la puerta

entre medio del aire

escapando de su propio ahogo

Nada te disculpa

hoy día

En otra vida

pagarás tus deudas

caerás como estrella

al camino del pasado

Que se ría

de ti el hambre

insaciable que te devora

la culpa honda

que perfora tus nervios

el precipicio ciego

que te vio parir

los siglos difuntos

que te conformaron

Dame un respiro

para taparte la boca

Es tanto lo que aún no aprendes

lo que dejaste de escuchar

a costa del ruido

mudo de las fiestas

Es tan poco lo que tomaste

y menos lo que a cambio diste

Vergüenza debiera darte

Vergüenza debiera darte

Temuco, 20 de julio de 2009

viernes, 20 de noviembre de 2009

Taciturno en marzo

Amo el olor de la tierra
cuando absorbe la lluvia en verano
y se lavan mis nervios en el río
Una luciérnaga atraviesa la calle
trae consigo una muestra de vía láctea
En la montaña aúlla el zorro
aguardando que caiga la noche
Le confiesa sus delitos a la luna
Beso el aire quieto y enrarecido
De los recuerdos que atesora el suelo de uno
los lugares en que a lo lejos
se rompen nuestros números
las insuficientes clasificaciones
para pensar el mundo y su faramalla
de falso antojo
Pertenezco al soplido de las hojas en marzo
Muerdo la fruta picoteada por los gorriones
No soy yo cuando la lluvia
inunda mi alma
Otra vez la luna me espera
me hace guiños al pasar
trae mensajes esparcidos en el firmamento
una corona tierna como la niña
que ya no eres y pudiste seguir siendo
La vida nos quiere decir algo
que quizá no seamos más
apenas pasajeros del tiempo despojado
forajidos sin sangre ni memoria
a nuestras espaldas
volcanes extintos que reclaman
el fuego paulatino de los que han muerto
estrellas incendiándose en las palmas de las manos
el corazón un pequeño cataclismo
La producción de grietas
en las que duermen nuestros demonios
la sombra y su volumen hueco
marcando el paso sin retoños de la carne
Hasta que somos un día simple
como el papel brotando de los dedos
y somos por fin
como las hojas como el pasto
como la camanchaca los cactus
Somos ya aquí y ahora
el viento que golpea a tu puerta
el puelche que anuncia las cosechas
cabellera de olas cintillo de algas
recóndito ojo de agua
Nuestra historia es la de las estrellas
celebrando el cambio de las cosas
mientras permanecemos en perpetuo movimiento
al amparo del mar y sus eternas orillas
el ritmo con que cabalgan las nubes
el aroma de las margaritas en el campo infinito
Coronar tu voz quisiera
con la piedra con que hice un día mi casa
para que entraras en ella
y vieras como vivo
Te daré cuanto fui y no acabo aún de ser
el amor que tengo a la tierra
cuando llueve en ella mi alma
el soplo de las hojas
cuando camino todavía
taciturno en marzo.


Temuco, 7 de febrero de 2009

Aurora

Te vi nacer
Del arroyo viniste
En sus aguas viajaste
sin detenerte
Quisiste hablarme
Aire me dijiste
Luz te respondí
Sin promesas te diste
Transparente era tu voz
Llena de murmullos
poblaste mi casa
para no quedarte
Fuiste hija mía
sin serlo
Irrigaste mis venas
sin advertirlo
Me mostraste
que mi pobreza
es mi riqueza

Temuco, 13 de noviembre de 2009

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Amanecer

Un hilo de agua cayendo a esta hora
sobre tus hombros
La cabellera hundida en las fogatas
en que tuvimos visiones
Allí seguimos sembrando el tiempo
ingrávidos como el cóndor
pétreos como el musgo
ágiles como la liebre
Más al sur el sonido del puma
el silencio en que se acurruca el pudú
la voz torcida de la chicharra
Quién nos vio atravesar al otro lado
del bosque?
Quién nos dejó entrar
a sus arterias profundas
como el desvelo de los dioses?
Quién quiso que otros
despojaran su alma de aliento originario?
Un hilo de agua tejiendo tu rostro
a esta hora inimaginada
una gota apenas modulando
el sonido que columpió los días
Los cuerpos se yerguen
buscando la luz
una pequeña recompensa de paz
el anhelo sin prisa recorriendo las manos
aleteando contra la pubertad de la noche
y su ofuscada ventisca
Nadie hay que escatime
un centímetro todo este sentimiento
Nadie puede estar afuera y adentro
sin perderse en tus trenzas y tu enfado
El aire se torna pasajero
se desvanece como cera en la vela del pobre
Como el humo caminamos en bandadas
inhalamos la soledad sin rumbo
que exuda el destino de los hombres
Un hilo de agua cayendo lentamente
traduciendo la fecundidad de tu rostro
sepultando el mar de tus quejas
Venimos del norte
y su completo descampado
Seguimos sin prisa vadeando otros huertos
Ingrávidos avanzamos como la liebre
cuando tiembla la tierra
En el crepúsculo de la noche
tus manos florecen
y me dejas entrar por fin a tu hogar
A lo lejos el universo amanece

Temuco, 4 de abril de 2009

jueves, 3 de septiembre de 2009

Qué soy?

Polvo que se lleva el viento
cuando cae la noche
sin pedirle permiso a nadie
Un poco de luz
sembrada al inicio del tiempo
para viajar a tientas
poblando los destinos
todavía sin imaginar
Un puñado de huerta húmeda
en que florece el hambre
y se sacian las ventiscas
Triunfo de mi digestión lenta
como el estío calcado
en el patíbulo del silencio
cegado al pie del trigal
Cima absoluta donde perece el placer
asomado a tu primer hora
Lluvia perenne irrigando
tu vientre decisivo
desatado para el amor de muchos
Árbol tierno tumbado
en la plaza donde resisten los toros
Marmóreo como la sal
despojada por la risa vacía
de los indolentes
marchitados en las cárceles de agosto
Trémulo como el canto humilde
del niño que quedó solo
sin más desgracia
que su propio cuerpo solo
Fantasma que precisa su orden
sin ropa ni casa donde llegar
Alimento heredado para otras tribus
Pan pretérito e insaciable
que recogimos en la vereda de enfrente
Manos abiertas como la hora justa
Aurora imprevista
Tiempo sin sombra
Aliento animal


Bogotá, 1 de septiembre de 2009