viernes, 12 de marzo de 2010

Conservo de ti tus ojos

acariciando la luna en mi pecho

tus labios temblando

al penetrar el metal que crece

en mis claros de bosque

El tiempo que hace solo su trabajo

El ocaso que empaña el pensamiento

implorando un poco de sumisión

El viento cimbrando el horizonte

precisando las palabras

que susurro aún a tu oído

Entro y salgo de tu corazón

como el aire circulo

hasta en los escondrijos

No puedes huir de mí

porque un día mi alma te di

Renaciste para ti

y velé mis antiguas armas

incineré mis corazas

Me despojé

desnudo quedé

como el primer verbo

aprendimos a estremecernos

a recuperar la dicha

que el viento codició

a sembrar de nuevo la luna

en tus ojos

Temuco, 9 de marzo de 2010