sábado, 10 de noviembre de 2007
Como ayer
Como ayer
Amanecimos en gris
Dispuestos a todo
con tal de no hacernos humo
ni morir como palomas degolladas
al viento
Vinimos del bar de enfrente
donde el hambre
sueña a eterna lejanía
donde perece el silencio
y su modesta fanfarria
es un temblor que nadie siente
Vinimos para guardar un poco de cenizas
más allá de los pájaros y las rocas
donde se hunde el cielo
y renacen las nubes
fuera del horno
en vísperas de un desastre
Nada más el reloj
detiene la muerte
Buenos Aires, 22 de agosto de 2007
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