miércoles, 21 de noviembre de 2007

Meditaciones

La soledad mata cuando no se hace entereza
Quita el alma y desquicia el cuerpo
como espejismo en el campo de batalla
Entra y sale de uno sin pedir permiso
Recorre el paisaje y atraviesa la materia
Vestida con nuestras ropas parece un fantasma
Camina con el vapor y se esconde en las sombras
como el hijo intangible que crece en la ciudad
Devorar quiere las uvas de este viñedo
Arrancar de cuajo el alimento que nos da vida
No hay suerte si tenemos que sufrir los tormentos del otro
No hay vida si lo que manda es la vergüenza de la piel
Corremos para escapar de su ola nauseabunda
cuando el enemigo urde la emboscada
para despojarnos de la verdadera patria
y el veneno fluye de boca en boca contagiando
el sueño de los hombres y su casa sin dueño
Somos sonámbulos en busca de un camino
Retornamos sin prisa al abismo implacable
del que todos seguirán aún naciendo
Cuida tu boca para no expandir más desdicha!
El mal también habla si lo que hacen es callarnos!!
Vigilemos el horizonte antes de perder el miedo
Nuestra herencia es un puñado de voces muertas
susurrando al alma benévola del recién nacido
No menos que confusión visten nuestros cuerpos
No más que de migajas se alimentan nuestras bocas
Conserva para ti el primer aliento del día
Arrúllate con la noche y su envoltura incendiada
Por una vez recuerda las meditaciones del silencio
Las verdades sepultadas debajo del asfalto
estampadas para siempre en el pergamino de la noche
Sólo las aves conocen las aguas del destierro
Sólo los ríos descubren lo que dejó de ser nuestro


Buenos Aires, 1 de noviembre de 2007

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