sábado, 10 de noviembre de 2007

Cuando amanece


Hoy te conocí
Eras enorme como la guerra
Discreto como la noche
y su interminable desierto
Ibas en busca de tus recuerdos
descifrando el secreto de las nubes
contando las venas de las hojas
podridas
en invierno
Sin pronunciar siquiera una mueca
Te abrías sin destino
al curso ondulante del océano
al paso trémulo de los cometas
más allá del espacio
No tuve palabras para pensar
El sentido se refugió
en su casa de piedra pétrea
Nadie hubo para liberarte
Sólo unas manos negras
ligeras
como el arroyo
y unas listas de lluvia
sobre el tejado roto
de los pobres
No hay manera de protegernos
En este descampado
abunda la cizaña
Tal es su veneno que espanta
hasta los buitres
Qué vas a hacer para cuidarnos
Cómo aliviarás esta extraña fiebre
El infinito arde en llamas
A lo lejos
Alguien enciende su corazón
cuando amanece

Buenos Aires, 18 de octubre de 2007

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